La certificación Halal, en su esencia técnico-religiosa, se fundamenta en los preceptos de la ley islámica que rigen diversos aspectos de la vida de los musulmanes, incluyendo los alimentos que son permitidos para su consumo. Este proceso abarca tanto la selección de alimentos aptos según la ley islámica como el método adecuado de sacrificio de animales, conocido como Sacrificio Halal.
El término «Halal» proviene del árabe y denota lo «permitido o lícito». Se refiere, en términos generales, a aquellos alimentos que, por sus características, procesos y/o ingredientes, son aptos para el consumo de los musulmanes según lo establecido en la ley islámica.
De acuerdo con esta ley, los productos prohibidos incluyen la carne de cerdo y sus derivados, el alcohol y las bebidas embriagantes, los animales no sacrificados conforme a los preceptos islámicos, la sangre y sus derivados, así como los animales carnívoros y las aves de presa, entre otros.
La población musulmana a nivel mundial alcanza los 2,5 billones, y según informes de Thomson Reuters para el Gobierno de Dubai, el mercado de alimentos Halal asciende a los US$ 2.000 mil millones, proyectándose que para el 2025 represente el 25% del mercado mundial de alimentos. Las importaciones de alimentos Halal por parte de los países musulmanes, según «The Economist Intelligence Unit», aumentaron de US$ 34 mil millones en 2019 a una proyección de US$ 70 mil millones en 2020, con Emiratos Árabes Unidos estimando importaciones por US$ 12 mil millones para finales de la década.
El concepto Halal no se limita únicamente a alimentos y bebidas, sino que abarca todos los aspectos de la vida cotidiana del musulmán. En términos de alimentación Halal, es vital asegurar que todos los alimentos, incluidos los procesados, farmacéuticos y productos no alimenticios como cosméticos, cumplan con los requisitos Halal.
Los consumidores musulmanes presentan diversas preferencias y necesidades, lo que complica la previsión de la evolución de este mercado. Además, cerca del 20% de los consumidores finales no son musulmanes, reconociendo las ventajas del proceso Halal.
El mercado Halal no solo representa oportunidades económicas, sino también valores éticos arraigados que promueven la calidad, la seguridad alimentaria, el bienestar animal, el desarrollo sostenible y la atención al consumidor. Desde el Centro de Certificación Halal de Chile, hemos dedicado más de 15 años a fomentar y desarrollar este concepto, ofreciendo nuestros servicios a empresas chilenas y latinoamericanas interesadas en este mercado en expansión.